Una Cereza cayo del cielo, se impregno en la tierra y en lo profundo de los suelos, floreció y dio dos bellos frutos Mariana y Daniel, su riqueza grande es.
Son su fuerza, su alma entera por eso y más se mantiene de pie entre los vientos y mareas.
He pasado años contemplando su belleza, sus ramas, cultivando su semilla pues siempre va a florecer ante las estaciones y tormentas que se le presenten en la vida. Ha repartido riquezas, ha repartido sabor, ha repartido su vida, a todos les ha dado el corazón.
Finales de Primavera, principios de Verano, es cuando se recolecta todo lo bueno que ella ha sembrado,
No desesperes.
No desesperes.
Dedicado a W.M.Z. / Marzo 2011
**CM**
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