Para esa hambre y esa sed espiritual que nos acompaña todos los días.
No olvidemos de acercarnos a Dios y dar gracias por todo lo que nos permite tener, vivir y gozar, así como también las enseñanzas que nos da en todos los acontecimientos buenos y malos de nuestros días, nuestros instantes, nuestros momentos.
No perdamos la fé!
No hay comentarios:
Publicar un comentario